La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad es la manera óptima de evitar cualquier riesgo. El lavarse las manos, comer una dieta balanceada, dormir plenamente por 8 horas, y dedicarse a lo que a uno lo hace feliz, son algunas de las prácticas que se pueden aplicar en la vida cotidiana para prevenir enfermedades o condiciones deplorables.
La mayoría de nuestros pacientes desean prevenir enfermedades. En nuestra práctica atendemos las necesidades de cada paciente, de manera individual, para lograr una prevención funcional y a largo plazo.
No es necesario esperar a que el cuerpo se deteriore. Con ese desgaste corporal llegan daños mentales y emocionales que son difíciles de reparar. El prevenir es el paso más importante a una vida sana y plena.